Mi experiencia en este hotel no fue la mejor. La comida deja mucho que desear: en ocasiones todo estaba cerrado y los restaurantes más atractivos tenían costo adicional al igual que la discoteca. Además, solo abrían 2 o 3 restaurantes por día, a pesar de que el hotel cuenta con muchos más. La cama de la habitación era sumamente dura, me fui con dolores en el cuerpo por el mal descanso. También tuve problemas con el baño, ya que se filtraba el agua de la ducha hacia el área del inodoro. En un momento se fue la luz y quedé totalmente incomunicada, ya que la señal del teléfono es muy débil y sin electricidad tampoco había wifi. Otro punto muy negativo fue la humedad en la habitación, las puertas de madera tenían moho. Mi habitación tenía piscina privada, pero estuvo sucia durante toda mi estadía y nunca la limpiaron. Lo único que puedo resaltar de manera positiva es el personal de housekeeping, que mantuvo el cuarto muy limpio y los bartenders del sport bar y del lobby, quienes fueron muy amables y atentos. Lamentablemente, la mayoría del resto del personal con el que interactué fue sarcástico, con poca disposición y una actitud bastante altanera. Otro detalle importante es que no existe una verdadera separación entre categorías; cualquier huésped puede usar las mismas facilidades, por lo que pagar por un área “de miembros” realmente no vale la pena. En resumen, la atención y la comida fueron muy pobres. No volvería ni recomendaría este hotel.