Me hospedé un fin de semana largo (sábado a lunes feriado) con mi bebé de 1 año. El lobby y las áreas comunes como la piscina son bonitas y la ubicación es excelente, justo en el pueblo de Ponce con varios restaurantes buenos cerca. Las camas también fueron cómodas.
El hotel necesita urgentemente una remodelación. El cuarto estaba en malas condiciones: no había agua caliente en la ducha. La ducha estaba dañada, el agua con mucha presión desprendía la pintura. El elevador es viejo, sin botón funcional (hay que usar un bolígrafo para oprimirlo). Las puertas abren solo con llave, sin cerradura adicional y mi bebé podía abrirla por lo que tuve que bloquearla con la maleta. Las cortinas dejan pasar la luz del pasillo toda la noche. Solo había un zafacón en todo el cuarto; la iluminación era pésima y las paredes tenían grietas. Los muebles y facilidades estaban viejos o dañados (gavetas que no abren bien, marco de cama roto, televisor anticuado).
El servicio de habitación fue lo peor: solicité recogido de basura y nunca lo hicieron, tuve que bajar yo misma el zafacón al lobby. No había suficientes sábanas ni toallas. Cuando pedí, me dijeron que debía llevar las toallas usadas al front desk para que me dieran nuevas, además prometieron llevar sábanas pero nunca lo hicieron.